Málaga, mucho más que el alma de la fiesta

Fiestas, o mejor, ¡Feria! En Málaga lo que se lleva es el buen humor. La Feria de Málaga dura unos diez días en agosto tiene sus orígenes en 1487, año en que la ciudad pasó a pertenecer a la Corona de Castilla. Además, está el Carnaval, con las tradicionales “chirigotas” y los disfraces del Teatro de Cervantes, la Navidad, con las luces y espectáculos que empiezan en noviembre y terminan en febrero. Y luego… ¡cada noche es una fiesta! Para impregnarse de este ambiente solo hay que dar un paseo por el Pasaje de Chinitas, una de las callejas preferidas de los locales, y pasar por detrás de la plaza principal, Plaza de la Constitución. Sin embargo, Málaga no solo ofrece diversión y playa, como la fantástica playa de la Malagueta, si buscas arte y cultura, tienes a tu disposición 30 museos entre los que se encuentra el Centro Pompidou de Málaga, la primera sede que el famoso museo de París inaugura fuera del territorio francés. Y, por supuesto, no hay que olvidar el Museo Picasso, que exhibe las ocho décadas de la obra del pintor Pablo Ruiz Picasso, nacido en Málaga en 1881.

También está el Museo Carmen Thyssen, que con sus 285 obras te hará viajar por lo mejor de la producción artística andaluza y española de los dos últimos siglos. Por si fuera poco, también está el Museo Automovilístico y de la Moda, que ocupa una superficie de 7000 metros cuadrados divididos en 10 salas; el CAC, Centro de Arte Contemporáneo, y una serie de espacios expositivos situados en el centro de la ciudad, lo que hace que sea muy sencillo llegar hasta ellos. La verdad es que, autóctonos, fiestas, playas, museos y restaurantes con estrella (de entre los más famosos de España) aparte, la verdad es que en una ciudad de la Costa del Sol como Málaga, donde hay más de 300 días de sol al año, para ser felices no hay más que pedir un café en cualquier bar. Café “cortado”, “largo”, “sombra”, “nube”o “mitad”, no importa cómo lo tomes, será un instante de puro placer que no olvidarás fácilmente.