«Las novelas policiales son todas iguales»... ¿Alguna vez leíste éstas?

Es hasta banal citar el nombre de Simenon cuando se habla de novelas policiales, pero Georges Simenon es lo que se dice un Maestro. Si te gustan los policiales históricos, es indispensable leer «El tren», ambientado en 1940, en la Bélgica ocupada por las tropas de la Wehrmacht. Y para familiarizarse con el comisario Maigret, existen dos caminos: el de los cuentos breves recogidos en «La pipa de Maigret y otros cuentos», o bien, el de la novela clásica policial como «Maigret duda».

Si es este «clasicismo» el que te hace pensar que las novelas policiales son todas iguales, quizás ha llegado el momento de hacer espacio en tu corazón para Roberto Bolaño. «En lugar de escritor me hubiese gustado ser detective privado. Seguramente ya estaría muerto. Habría muerto en México, a los treinta o treinta y dos años, por disparos en la calle, y habría sido una muerte simpática y una vida simpática», así contó una vez de sí mismo. Sin embargo, el escritor chileno nos dejó en 2003, a los 50 años, no sin antes habernos regalado un sinnúmero de obras maestras literarias.

De entre ellas, «Los detectives salvajes», que merece una mención especial: una combinación de novela policial y novela de formación donde la vida desliza como una inundación en medio de mil tentaciones. Debes leerla siempre pero sobre todo si tienes pensado hacer una visita a Barcelona o quien sabe, incluso más adelante, a Sudamérica. Pero existe un riesgo: Bolaño crea dependencia. Citando sus propias palabras, leer sus libros «es como pensar, como rezar, como hablar con un amigo, como exponer tus ideas, como escuchar las ideas de los otros, como escuchar música, como contemplar un paisaje, como darse un paseo por la playa».

¿La novela policial aún no te convence del todo? Aquí tienes otro título de policial atípico que te llevará de la mano por el Mediterráneo, a la bella Sicilia: «Un mes con Montalbano» del simpatiquísimo y profundamente italiano autor Andrea Camilleri. Unos días, unas vacaciones, pero también toda la vida de paseo con la gran literatura.