Leyendas sobre el limoncello
Los limones son el emblema de esta tierra; crecen en las terrazas de cultivo, conocidas como “jardines”. Se convierten en protagonistas de cerámicas, sofisticados jabones y elegantes perfumes. Pero, sobre todo, el amarillo de los limones ilumina la mesa, gracias a la cantidad de recetas típicas que exiten. Empezando por el archiconocido limoncello. El tradicional licor es conocido también como el “Sfusato Amalfitano”, y su receta y origen están envueltos de misterio y leyendas. Hay quien dice, que lo inventaron algunos campesinos para combatir el frío en tiempos de las invasiones sarracenas. Otros dicen que nació en el interior de un convento, en un momento de reunión.
La reinvención del babá y la “delizia”
También los dulces de la costa Amalfitana tienen un corazón de limón o de limoncello. El tradicional babá, un clásico de la pastelería napolitana se reinventa con el “licor amarillo” en vez del canónico ron. Los pastelillos de hojaldre (“sfogliatelle”) y las “code d’aragosta” (dulces de hojaldre con relleno cremoso) se rellenan de crema de limón y son una joya para los más golosos. Y la tradición amalfitana pastelera culmina con la popular “delizia al limone”, un delicado bizcocho cubierto de crema. Este dulce puede ponerle el broche a la cena o ser un caprichoso tentempié.
Primeros platos decorados y Scialatielli
En medio de esta explosión de gusto, los limones se abren paso también entre los ravioli de ricotta, que se condimentan con la cáscara. En cualquier caso, la pasta se elabora a mano y así es como nacen los Scialatielli: harina, leche, aceite, queso, albahaca, sal y pimienta negra.