Malta
Más de siete mil años muy bien llevados. Malta es una enciclopedia llena de riquezas: desde la prehistoria hasta la Segunda Guerra Mundial. Para estar seguro no hay más que visitar el Museo Arqueológico Nacional en La Valeta. Se encuentra en un edificio barroco del siglo XVI y alberga restos desde el 2500 a.C. Entre las atracciones poco conocidas, pero que fascinarán a los más pequeños, está el Playmobil Fun Park. Aunque no se trata de un museo, es mucho más que una fábrica. Los más pequeños pueden jugar al aire libre con estatuas y en el interior con miles de figuras.
Creta
Creta es la tierra de los mitos, tanto del de Teseo y Ariadna, como del de Dédalo e Ícaro. Y no hay lugar mejor para empezar la visita a la isla griega que el Palacio de Cnosos, célebre por la leyenda que cuenta que allí se hallaba el laberinto del Minotauro. Lo que queda de sus salas y sus cuadros es un espectáculo que no te puedes perder, que transporta al visitante a otra dimensión. Entre los museos que no hay que dejar pasar está el Arqueológico, que desarrolla a lo largo de dos pisos 5500 años de historia. En sus coloridas salas podrás también admirar joyas, cerámicas y frescos.
Mallorca
Esta encantadora isla balear ofrece multitud de cosas para ver. En Palma de Mallorca el arte está vivo, empezando por la Fundación Pilar y Joan Miró, un museo innovador, que ofrece la posibilidad de ver el ambiente creado por el artista a través de los talleres donde trabajó. En total, la colección abarca 118 pinturas sobre tela, 275 obras realizadas con técnicas variadas, 35 esculturas y miles de diseños. Quien necesite algo menos cultural que no se preocupe: en Palma hay también un Museo de la Sobrasada, el embutido típico de las Baleares.
Santorini
También la maravillosa isla del Egeo cuenta con sorpresas que van más allá de las playas, las puestas de sol y las vistas que quitan el aliento. Podrás visitar la excavación arqueológica de la ciudad de Akrotiri (llamada “la Pompeya griega”), que quedó completamente sumergida bajo una capa de cenizas y piedra pómez de más de 30 metros después de la erupción del año 1627 a.C. El edificio más grande del yacimiento tiene tres pisos y decenas de habitaciones. En esta visita insólita tampoco puede faltar el museo arqueológico de Thera, el más grande de toda la isla.